martes, 9 de junio de 2009

Conjuniones, nexos y más.

Conjunción (gramática)
Conjunción, palabra o conjunto de ellas que enlaza proposición, sintagmas o palabras, como su etimología de origen latino explica: cum, ‘con’, y jungo, ‘juntar’; por lo tanto, ‘que enlaza o une con’. Constituye una de las clases de nexos. No debe confundirse con los marcadores del discurso.

La conjunción es una parte invariable de la lengua que se utiliza para enlazar oraciones y establecer relaciones de jerarquía entre ellas, además de explicar el tipo de relación semántica o de significado que existe entre ellas. Por ejemplo, en Luisa va a trabajar y Raúl se queda en casa se enlazan dos oraciones para construir una mayor, el tipo de relación que hay entre ambas es de igualdad, de forma que se pueden intercambiar, y se suman los significados de ambas.
La conjunción sólo tiene significado gramatical y no posee significado léxico; su significado lo adquiere en las relaciones oracionales que puede presentar. Valor aditivo: Luisa compra y vende objetos. Valor de oposición: Carmen trabaja y no todos los días, etc.
Hay otros muchos nexos, en su origen preposiciones, que encabezan oraciones y que adquieren valor de conjunción, aunque no tengan forma conjuntiva. A estas construcciones se les llama giros conjuntivos. Por ejemplo:
Al + inf. = Cuando + verbo conjugado: Al cantar el gallo, San Pedro lloró = Cuando cantó el gallo... +
Por + inf. = Porque + verbo conjugado: Por venir tarde, no entró = Porque vino tarde... +
Con + inf. = Aunque + verbo conjugado: Con ser tan listo, no aprobó = Aunque era tan listo... +
De + inf. = Si + verbo conjugado: De llover hoy, nos refugiaremos en el kiosco = Si llueve hoy, nos refugiaremos... +
Para + inf. = Para que + verbo conjugado: Hemos venido para cantar = Hemos venido para que cantemos +
Igualmente, existen algunos adverbios y pronombres que pueden funcionar como conjunciones. Si son adverbios, se denominan adverbios conjuntivos, como por ejemplo cuando, mientras, donde, como, así etc. Entre los pronombres, están los llamados pronombres relativos (que, quien-es, el-la-los-las cual-es, cuyo etc.) y pronombres que pueden funcionar en correlaciones distributivas, como uno... otro, etc.
Por otra parte, existen determinadas construcciones que agrupan preposiciones, sustantivos, conjunciones y otros elementos a fin de formar las llamadas locuciones conjuntivas, equivalentes a nexos o conjunciones; forman un vasto repertorio que expresa los más curiosos matices: de manera que, así que, a fin de + inf, por más que, pese a que, antes de que, después de que, etc.
Existe además un grupo de conjunciones correlativas que aparecen en dos partes, de forma correlativa, una parte en la primera proposición unida y otra parte por lo general encabezando la segunda: "Hasta tal punto le tenía antipatía, que vino para matarlo".
En español, las conjunciones se clasifican en propias e impropias.
Conjunciones propias son las que unen oraciones o elementos del mismo nivel sintáctico, grupo nominal o adjetivo, como son las conjunciones coordinantes o coordinativas: y, ni, pero, sino...: Luis caminaba triste y pensativo.
Conjunciones impropias son las que enlazan oraciones dependientes, como son las locuciones o partículas subordinantes: cómo, cuándo, que, porque, para que... Las conjunciones subordinantes degradan la oración en que se insertan y la transponen funcionalmente a una unidad de rango inferior que cumple alguna de las funciones propias del sustantivo, del adjetivo o del adverbio: Dijo que vendría. Lo hizo porque quiso.
Las conjunciones, según los distintos tipos de relaciones o enlaces oracionales que presentan, pueden adquirir valores significativos diversos, y se clasifican en dos tipos: coordinantes o subordinantes.

Conjunciones coordinantes o coordinativas
Las conjunciones coordinantes son: consecutivas, coordinadas o coordinantes, copulativas, adversativas, disyuntivas, explicativas y distributivas.
Conjunciones consecutivas
Una frase es el resultado de la otra. Son: con que, luego, así que
Conjunciones coordinadas o coordinantes
Las conjunciones coordinadas son: y/e, o/u, sino y pero.
Conjunciones copulativas
Las conjunciones copulativas sirven para reunir en una sola unidad funcional dos o más elementos homogéneos e indican su adición. Son: y, e, ni, que. "Y" es la conjunción más usada en la lengua coloquial: Sergio ‘y ’ Daniel pasean; se repite frecuentemente en el lenguaje infantil, como expresión sucesiva de enunciados: El perro es mi amigo ‘y’ lo quiero mucho ‘y’ juega conmigo. Este uso pleonástico se mantiene en la lengua popular de las narraciones, y como recurso expresivo intensificador. Se emplea e cuando la palabra siguiente empieza por i o hi, para evitar la cacofonía: Se reunieron ‘e’ hicieron los trabajos. Vinieron los padres ‘e’ hijos. La conjunción ni equivale a y no y señala la adición de dos términos, pero implica que sean negativos: No hizo los trabajos ‘ni’ estudió. A fin de marcar la expresividad, se antepone a veces a todos los términos unidos: ‘Ni’ tengo trabajo ‘ni’ dinero. La conjunción copulativa que es de uso arcaizante, aunque también figura en locuciones con valor intensificador: Y tú llora ‘que’ llora. Lo mismo da que da lo mismo.
Conjunciones adversativas
Las conjunciones adversativas son las que contraponen dos oraciones o términos sintácticos. La contrariedad puede ser parcial o total; la parcial expresa una corrección o restricción en el juicio de la primera oración, de modo que la coordinación es restrictiva: mas, pero, aunque. Existe una serie de conjunciones que proceden de formas lingüísticas más extensas y que se han gramaticalizado total o parcialmente que se usan como nexos adversativos: sin embargo, empero, con todo, a pesar de, no obstante, más bien, excepto, salvo, menos...
Si hay incompatibilidad entre las dos oraciones coordinadas de manera que la afirmativa excluya totalmente a la negativa, la coordinación es exclusiva: sino, sino que, antes bien, al contrario: No lo hizo Juan ‘sino’ Pedro.
Las conjunciones adversativas más utilizadas son sin embargo, pero y sino: Iría contigo ‘pero’ no puedo; mas está reducida a la lengua escrita y principalmente a la lengua literaria y expresa una corrección más suave que pero: Hizo un juramento, ‘mas’ en vano; empero pertenece al estilo literario afectado; pero y mas, pueden encabezar una cláusula con sentido enfático. ¡’Pero’, Juan, si tú no estabas!
Conjunciones disyuntivas
Las conjunciones disyuntivas indican alternancia exclusiva o excluyente: o, u, se coloca entre los términos que indican la alternancia o antepuesta a cada uno de ellos: Llamó Pedro o Juan. Se emplea u cuando precede a una palabra iniciada por o u ho: Lo hará uno ‘u’ otro, también para evitar la cacofonía. Otras veces, o indica que los términos unidos son equivalentes y sirven para designar una misma realidad: Todo ocurrió ‘o’ sucedió en un momento.
Conjunciones explicativas
Son aquellas que unen proposiciones que expresan lo mismo, pero de distinta forma, a fin de explicarse mutuamente. Son por lo general giros aislados entre comas como o sea, esto es, es decir, mejor dicho, es más: Se fue al otro mundo, es decir, se murió.
Conjunciones distributivas
Las conjunciones distributivas indican distribución o alternancia; repiten los términos: o... o,tanto...como..; ejemplo: son tantos como nosotros.
Conjunciones subordinantes o subordinativas [editar]
Las conjunciones subordinantes se dividen en tres grandes grupos:
las que introducen subordinadas sustantivas.
las que introducen subordinadas adjetivas, también llamadas de relativo (que en vez de conjunciones son en realidad pronombres relativos)
las que introducen subordinadas adverbiales, tanto si introducen proposiciones circunstanciales como si introducen proposiciones lógicas.
Las conjunciones subordinantes o subordinativas que introducen subordinadas sustantivas introducen oraciones que desempeñan las funciones propias de un sintagma nominal (sujeto, atributo, complemento directo, complemento indirecto, suplemento, complemento del nombre). Las conjunciones sustantivas se clasifican según la función que la oración sustantiva desempeñe dentro de la oración principal. Se utiliza que, conjunción completiva, para la función de sujeto y de complemento directo: Me molestó ‘que’ no me lo dijeras; Dijo ‘que’ lo haría. A veces, se emplea que con alguna preposición, por ejemplo en función de suplemento: Él se convenció ‘de que’ era importante. También se emplea si para las interrogativas indirectas: "Me pregunto si vendrá". También pueden utilizarse pronombres y adverbios interrogativos: "Me preguntó cómo vendrían". "Me preguntó cuántos vendrían".
Las proposiciones subordinadas adjetivas van introducidas por pronombres relativos (que, quien, el cual, cuyo y sus variantes), que desempeñan al mismo tiempo una función sintáctica dentro de la proposición subordinada que introducen. Estos pronombres relativos pueden ir precedidos de preposición o no. "El libro que me prestaste era muy bueno". "El libro de que me hablabas era bueno."
Dentro de las adverbiales existen generalmente dos grupos de conjunciones que introducen proposiciones subordinadas: las que introducen proposiciones circunstanciales de tiempo, modo, lugar y comparación, y las que indican operaciones o relaciones lógicas entre la proposición subordinada y la proposición principal como son la causa, la consecuencia, la consecuencia inesperada o no deseada llamada concesión, la finalidad y la condición.
Las que introducen proposiciones subordinadas adverbiales circunstanciales pueden ser meras conjunciones, adverbios conjuntivos, giros conjuntivos o locuciones conjuntivas y pueden indicar
Tiempo (cuando, al + inf., mientras, después de que, antes de que, no bien, así que, de que, en cuanto, apenas, luego, luego que, cuando, antes que, después que, mientras que, en tanto, siempre que, ahora que, desde que, hasta que, una vez que...).
Lugar (donde, adonde, por donde, en donde, desde donde...)
Modo (como, según, conforme, como si, de la forma, manera, suerte, modo que).
Comparación (tan... como; más... que; menos... que). En este último caso se utilizan nexos discontinuos o correlativos.
Las que introducen proposiciones subordinadas adverbiales lógicas pueden indicar:
Causa (porque, ya que, por + inf., etc.)
Consecuencia, esto es, implicación o seguimiento lógico (así que, por tanto, pues, conque, así pues, de forma, manera, modo o suerte que)
Concesión, esto es, consecuencia inesperada o no deseada, esto es, complicación (aunque, por más que, a pesar de que, con todo, antes bien, bien que, con + inf., pese a que, etc.)
Finalidad, aplicación (para que, a fin de que, con el cometido, intención o propósito de que, a fin de + inf., etc.).
Condición (si, caso que, en el caso de que, de + inf., como, con tal que, puesto caso que, supuesto que, a menos que, siempre y cuando etc..)
Nexo (gramática)
Se denomina nexo a una palabra o partícula gramatical cuya función sintáctica es unir unas palabras, sintagmas o proposiciones con otras, bien en un plano de igualdad (nexos coordinantes) bien en un plano de importancia superior o dominio de la primera palabra sobre la siguiente unida a ella después del nexo (nexos subordinantes).
En términos simples es una palabra que junta 2 oraciones o palabras.
Ejemplos:
Mario y María
Caja de cartón
Luchar para ganar
Sintácticamente el constituyente sintáctico formado mediante algún tipo de nexo es frecuentemente una construcción exocéntrica.
Introducción
Los nexos pertenecen en general a distintas clases de palabras: preposiciones, conjunciones y locuciones conjuntivas pueden considerarse nexos puros; los giros conjuntivos, pronombres relativos y adverbios relativos son palabras o grupos de palabras que pueden funcionar como nexos pero que poseen otras funciones. Los nexos coordinantes son sintácticamente muy diferentes de los nexos subordinantes. Los primeros tienen posiciones que dominan inmediatamente nudos hermanos del mismo tipo, mientras que los segundos ocupan la posición del especificador de sintagma oracional.
Por otra parte, los marcadores del discurso o procesadores textuales unen textos mediante relaciones lógicas y no solamente palabras, sintagmas u proposiciones y son estudiados por la gramática del texto.

Nexos en español
Nexos coordinantes
Copulativos (y, e, ni): Ella habla y él escucha.
Disyuntivos (o, u, o bien): ¿Prefieres hablar o escuchar?
Adversativos (pero, mas, sin embargo, no obstante, empero, sino...): Ella habla mucho pero no escucha.
Explicativos (o sea, es decir, esto es, mejor dicho,...): Ella habla, es decir, se comunica.
Distributivos (ya... ya...; bien... bien; ora... ora; unos... otros...): Ya barre, ya friega, ya haz la comida
Nexos subordinantes [editar]
Los nexos subordinantes pueden pertenecer a varias categorías o clases de palabras: pueden ser conjunciones, adverbios o pronombres, o incluso giros conjuntivos. Sirven para subordinar una proposición a otra a un nivel inferior de importancia:
El enfermo murió cuando ya amanecía.
La proposición El enfermo murió es la principal, su información es jerárquicamente más importante que la de la proposición Ya amanecía. A la primera se la denomina proposición principal y a la segunda proposición subordinada; el nexo cuando, que es además un adverbio de tiempo, sirve para subordinar la segunda a la primera y señalar su distinto nivel de importancia.
Existen tres distintos tipos de subordinación: subordinación sustantiva, subordinación adjetiva y subordinación adverbial.
Los nexos de la subordinación sustantiva son las conjunciones que, el que, el hecho de que y si; los pronombres interrogativos qué, cuál, quién, prececidos o no de preposición y los adverbios interrogativos cuándo, cuánto, cómo y dónde, precedidos o no de preposición: "Que fumes es malo". "El que fumes es malo". "El hecho de que fumes es malo". "Me preguntó si fumaba". "Me dijo que fumaba demasiado". "Me preguntó cuánto fumaba". "Me indicó por dónde estaba". Las proposiciones subordinadas sustantivas se pueden también construir sin nexo o usando infinitivos: "Le ordeno (que) se presente aquí de inmediato". "Fumar (=que fumes) es malo". "Decírselo (=El que se lo dijeras) fue mala idea".
Los nexos de la subordinación adjetiva son siempre pronombres relativos: Que, quien-es, el-la-los-las cual-es; cuyo-a-s (que funciona también como determinante posesivo) y cuanto-a-s, precedidos o no de preposición: "El tabaco que me diste era muy malo". "Los criminales a quienes arrestaron eran muy peligrosos". "El vicio del tabaco, el cual tantas vidas cuesta, supone una rémora para la sanidad de este país". "La marca cuyo humo aspiraba tan golosamente era muy cara".
Los nexos de la subordinación adverbial son más variados, porque entre ellos se distinguen varias clases de subordinación.
Subordinación circunstancial:
Nexos de las subordinadas temporales (cuando, al + inf., mientras, después de que, antes de que y otros de igual o parejo significado): "Cuando cantó el gallo, san Pedro lloró".
Nexos de las subordinadas locales (donde, adonde, por donde, en donde, desde donde...). "Lo hizo donde le dijiste".
Nexos de las subordinadas modales o de modo (como, según, conforme, como si, de la forma, manera, modo que): "Lo hizo como le dijiste."
Nexos de las subordinadas comparativas (tan... como; más... que; menos... que). En este último caso se utilizan nexos discontinuos o correlativos. "Pedro es tan alto como Juan (es alto)"
Subordinación lógica:
Nexos de las subordinadas causales (porque, ya que, por + inf., etc.).: "Lo hizo deprisa porque quería verme pronto"
Nexos de las subordinadas consecutivas (así que, por tanto, pues, conque, así pues, de forma, manera, modo o suerte que): "Estábamos cansados, así que nos fuimos"
Nexos de las subordinadas concesivas (aunque, por más que, a pesar de que, con + inf., pese a que, etc.): "Iremos aunque llueva".
Nexos de las subordinadas finales (para que, a fin de que, con el cometido, intención o propósito de que, para + inf., a fin de + inf., etc.): "Estudiaba mucho para que sus padres estuvieran orgullosos de ella."
Nexos de las subordinadas condicionales (si, caso que, en el caso de que, de + inf., como, etc.): "Si bebes, no conduzcas". -
Marcadores del discurso
Los marcadores del discurso, también llamados "enlaces extraoracionales" por Gili Gaya o Fuentes, o "conectores argumentativos", "extraoracionales", "procesadores textuales" etc., son "unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional -son, pues, elementos marginales- y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación", Gramática descriptiva, p. 4057.

Características
Samuel Gili Gaya señalaba ya algunas de las características propias de estas partículas:
a) Su vinculación a nociones externas a la predicación oracional.
b) Su carácter invariable.
c) La heterogeneidad de su entidad categorial: conjunciones, frases conjuntivas, interjecciones, etc.
d) La versatilidad distribucional de muchos de ellos (ocupan la posición inicial, medial o final del miembro discursivo en el que comparecen).
e) Su peculiaridad significativa: contribuyen a establecer lo que el autor denomina coherencia, y alcanzan una pluralidad de valores semánticos en combinación, frecuentemente, con los rasgos suprasegmentales adecuados (la entonación, sobre todo).
f) Pueden asignarse a registros distintos (en unos casos son más propios del discurso escrito -"sin embargo", "no obstante", "por consiguiente"... y en otros son más bien propios del discurso oral: pues, así que, etc.)
g) Llegan a constituir meros apoyos de la elocución o "muletillas" en el habla coloquial.
Que es invariable, puede verse en que no es lo mismo decir: "Lucía está lesionada y, por consiguiente, no puede jugar" que "Lucía está lesionada y, por este motivo, no puede jugar", ya que "por consiguiente" no desempeña función sintáctica alguna ni admite flexión (*por consiguientes) o complementos, como sí puede hacerlo "por este motivo", que admite plural o puede reformularse con complementos "hasta por estos pequeños motivos". En consecuencia, No puede decirse que "por este motivo" y expresiones semejantes sean verdaderos marcadores del discurso.
Ahora bien, los marcadores del discurso pueden aparecer desempeñando funciones sintácticas, pero ya no como marcadores del discurso: "Lo haré bien / Bien, lo haré. Lo haré en cualquier caso / En cualquier caso, lo haré. No tiene por qué responder así / Así, no tiene por qué responder. Lo dijo en una palabra / En una palabra, lo dijo.
Los marcadores del discurso se diferencian de las conjunciones en que no siempre se sitúan al principio del texto, sino que poseen una mayor movilidad, si bien muchos de ellos se sitúan allí obligatoriamente; por otra parte, no admiten negación, ni -entre sí- coordinación: *bueno y por tanto, aunque pueden coordinarse con sintagmas ubicados en inciso en el caso de que sean adverbios marcadores: "La cultura es además, y sobre todo, actualidad". "De hecho, y a pesar de que se verían infinidad de veces, nunca se referirían a aquel hecho sobrenatural"

Tipología
María Antonia Martín y José Portolés distinguen cinco tipos de marcadores discursivos, cada uno con sus diversos subtipos: estructuradores de la información, concectores, reformuladores, operadores argumentativos y marcadores conversacionales.
A- Estructuradores de la información (comentadores, ordenadores de apertura, de continuidad y de cierre, digresores, comentadores)
B- Conectores (aditivos, consecutivos y contraargumentativo)
C- Reformuladores (explicativos, rectificativos, distanciadores, recapitulativos)
D- Operadores argumentativos (de refuerzo y concreción)
E- Marcadores conversacionales (espistémicos –de evidencia o bien orientadores de fuente- y deónticos, enfocadores de alteridad y metadiscursivos conversacionales)
Estructuradores de la información
Para desarrollar la información contenida en un discurso
Comentadores, que "presentan un nuevo comentario": pues (sin pausa después), pues bien, (que asume lo anterior para lo que sigue) así las cosas (que no asume lo anterior para lo que sigue), dicho esto/eso, etc.
-¿Conocía a Soleiro?
-¿Un cojo que iba a Mondoñedo al mercado?
-El mismo. Pues se le apareció a su mujer en forma de cuervo.
Ordenadores, que "agrupan varios miembros como partes de un solo comentario; de uso más frecuente en el texto escrito que en el oral. Por lo general se basan en la numeración (primero.. segundo) en el espacio (por un lado, por otro lado..., por una parte... por otra; de un lado... de otro) o en el tiempo (después, luego, en fin, finalmente...). Algunos de ellos forman pares correlativos, incluso mixtos de espacio y número o tiempo.
Hay de tres tipos:
·
Ordenadores que marcan apertura. Sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado...
·
Ordenadores que marcan continuidad. Indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie de la que no es ni el principio: en segundo/tercer/cuarto... lugar, por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después...
·
Ordenadores que marcan cierre. Señalan el fin de una serie discursiva: Por último, en último lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente.
Algunos ordenadores, si van en incisos, se aproximan a los digresores, como es el caso de por otra parte, por otro lado y por lo demás.
"Por su parte" carece de marcador de apertura y no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal.
El marcador de cierre "por lo demás" jerarquiza su miembro como de menor importancia que los anteriores.
"En parte" se repite en el discurso como marcador de apertura el primero y de continuidad el segundo.
"De igual modo/forma/manera/suerte" están también poco gramaticalizados.
Digresores, "introducen un comentario lateral en relación con el tópico principal del discurso": Por cierto, a propósito, a todo esto (que introduce un miembro que pide información que en ese momento del discurso ya se debería conocer), y, menos gramaticalizados, dicho sea de paso, dicho sea, entre paréntesis, otra cosa (que sirve para introducir otro tema sin ceder el turno de palabra), etc.
Conectores
Son "unos marcadores discursivos que vinculan semántica- y pragmáticamente un miembro del discurso con otro anterior”. A veces, el primer miembro puede ser situacional o contextual, implícito. Un niño puede mostrarle a otro su coche de juguete y decirle "Además, tiene sirena".
Conectores aditivos, que "unen a un miembro discursivo anterior otro con la misma orientación argumentativa", lo que permite inferir conclusiones que de otro modo no se alcanzarían. Hay de dos tipos:
·
Los que ordenan ambos miembros discursivos en la misma escala argumentativa (incluso -que indica que el argumento que sigue es más fuerte que el primero: por eso puede decirse: "Debemos llevar al niño al hospital. Tiene mucha fiebre e, incluso, ha comenzado a delirar", pero no *"Debemos llevar al niño al hospital, ha comenzado a delirar e, incluso, tiene mucha fiebre"-, inclusive y es más -que también potencia el argumento siguiente respecto al que precede-)
·
Los que no cumplen esta condición (además, y encima -que presentra el miembro anterior como argumento suficiente para una conclusión determinada y, a diferencia de además, puede incluir una conclusión opuesta: "Se te compra una cosa y, encima, lloras"-, aparte -propio de la lengua coloquial: "No iré a ver esa película. Es larga y aburrida. Aparte, he quedado para ir a la disco", por añadidura (que conecta con un miembro anterior y más frecuentemente con una serie anterior de ellos)
Conectores consecutivos, que "presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como una consecuencia de un miembro anterior": pues, así pues, por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente, por ende y de ahí); en consecuencia y de resultas (donde el consecuente es un estado de cosas que se produce a partir de otro estado de cosas), así, entonces...
Conectores contraargumentativos, que "vinculan dos miembros del discurso de tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener del primero": en cambio, por el contrario y por el contrario (que muestran contraste o contradicción entre los miembros vinculados), antes bien (cuyo miembro discursivo comenta el mismo tópico que el miembro anterior), sin embargo, no obstante, con todo, empero, ahora bien y ahora (que introducen conclusiones contrarias a las esperadas de un primer miembro), y eso sí, que "muestra un miembro discursivo que atenúa la fuerza argumentativa del miembro anterior".
Reformuladores
Son "marcadores que presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior
Reformuladores explicativos: o sea, es decir, esto es, a saber; en otras palabras, en otros términos, dicho con/en otros términos, (dicho) con otras palabras, dicho de otra manera/modo/forma, etc.
Reformuladores rectificativos, que "sustituyen un primer miembro, que presentan como una formulación incorrecta, por otra que la corrige, o al menos la mejora": mejor dicho, mejor aún, más bien y digo -como inciso, menos gramaticalizado-, precedidos de "o" o no.
Reformuladores de distanciamiento, que "presentan como no relevante un miembro del discurso anterior a aquel que los acoge. Con ellos no se pretende formular de nuevo lo antes dicho, sino mostrar la nueva formulación como aquella que ha de condicionar la prosecución del discurso, al tiempo que se priva de pertinencia el miembro discursivo que le precede": en cualquier caso, en todo caso, de todos modos/maneras/formas, de cualquier modo/manera/forma (menos frecuentes), de cualquier suerte, de todas suertes (arcaicos)...
Reformuladores recapitulativos, que "presentan su miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos": en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras -que presentan el miembro como una condensación de miembros anteriores-; en resumidas cuentas, en definitiva y a fin de cuentas, en fin; total -que se usa de dos formas: sea para presentar la exposición antecedente como innecesariamente prolija, sea como operador discursivo para reformular miembros implícitos y reforzar como argumento el miembro discursivo que introduce- ; al fin y al cabo, después de todo (que indican que el miembro en que se encuentran tiene más fuerza argumentativa que otros miembros anteriores antiorientados con él, como algunas veces también en realidad y en el fondo)...


Operadores argumentativos
Los operadores argumentativos "son aquellos marcadores que por su significado condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluyen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior".
Operadores de refuerzo argumentativo, cuyo "significado consiste esencialmente en reforzar como argumento el miembro del discurso en el que se encuentran”. De este modo, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles conclusiones: en realidad -que distingue a otro argumento como "apariencia"-, en el fondo -que presenta a un argumento con mayor fuerza que otro meramente "posible"-, de hecho -que presenta a un argumento como un hecho cierto, y por lo tanto con más fuerza que otro discutible o probable- etc.
Operadores de concreción, que "presentan el miembro del discurso que los incluye como una concreción o ejemplo de una expresión más general": por ejemplo, verbigracia, en concreto, en particular, por caso.
Marcadores conversacionales
Estos se distinguen de los de la lengua escrita en que a su función 'informativa' o 'transaccional' suman otra función 'interactiva' o 'interaccional' orientada hacia el interlocutor. En la conversación hay, pues, que distinguir 'modalidades' frente a 'contenidos proposicionales', o, en la terminología de los llamados 'actos de habla', la fuerza ilocutiva de los contenidos locutivos. Dos grandes tipos de modalidad establecen los autores:
La modalidad epistémica, "que se refiere a nociones que guardan relación: a) con la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por otros, etc.
Sus marcadores son del tipo de "en efecto, claro, por lo visto..."
La modalidad deóntica, "que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo"
Sus marcadores son del tipo de "bueno, bien..."
De modalidad epistémica -que se usan en enunciados declarativos-
·
Marcadores de evidencia (reforzadores de la aserción sí o no, y algunos tematizándolos con "que"): claro, desde luego, por supuesto, naturalmente y sin duda -menos gramaticalizado, pues admite variantes como sin duda alguna / ninguna / de ningún género etc.- Otro grupo no puede hacerlo: en efecto, efectivamente...
·
Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje (el hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que conoce a través de otros y que transmite como una opinión ajena): por lo visto, al parecer, menos gramaticalizado y menos coloquial (tiene las variantes a mi parecer, al parecer de unos y de otros, según parece, a lo que parece...)
De modalidad deóntica (reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo): estos marcadores indican si el hablante acepta, admite consiente en o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten, van separados por una pausa más marcada y pueden alternar con otros procedimientos expresivos: los verbos realizativos acepto, consiento, admito, construcciones verbales del estilo de bien está, está bien, bueno está, etc.).
Ejemplos: bueno', bien; vale, de acuerdo, conforme, perfectamente, cabalmente, antiguo cabalito, y los hispanoamericanos definitivamente y okey. No son marcadores del discurso expresiones como "venga", "en absoluto", "ni hablar" etc.
·
Enfocadores de alteridad, que apuntan al oyente (hombre, mira, oye, oye, mira) o menos frecuentemente a ambos interlocutores (vamos) y sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remiten -para mostrar la actitud del hablante respecto de este- pero sobre todo para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc.
"Bueno" -en un uso distinto al deóntico y al metadiscursivo, pues sólo sirve para reforzar la imagen positiva del hablante-, "vamos", en similar uso y además para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, "mira", "mire", "oye", "oiga". También se suelen usar formas verbales en segunda persona: ves, verás, escucha, fíjate, sabes, entiendes, que reflejan signos claros de gramaticalización. Expresiones como ¿no?, ¿verdad?, ¿eh? etc. Por favor en inciso es también un marcador del discurso enfocador de la alteridad muy gramaticalizado.
·
Metadiscursivos conversacionales trazan el esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir organizando su discurso, como signos de puntuación para el descanso. "Ya", "sí", "bueno", "bien", "eh", "este" -más frecuente en Hispanoamérica- .

Sofía Licea Sandoval

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